martes, 28 de febrero de 2012

Rayman Origins

Incluso hoy en día, en plena ebullición indie y con una cantidad inusitada de juegos 2D en todas las plataformas posibles, no es siempre posible encontrar con un juego que conecte del todo con las esencias de antaño. Se han visto plataformas 2D diseñados de forma impecable, como Super Meat Boy o New Super Mario Bros Wii, o plataformas realizados con un soberbio gusto audiovisual como es el caso de Donkey Kong Country Returns o Kirby’s Epic Yarn.

Pero todos esos juegos tienen ciertas debilidades en comparación a algunos de los clásicos de antaño, cuando los plataformas eran la estrella y el nivel de exigencia en ese género era máximo a todos los niveles: los tiempos de Sonic 2, Earthworm Jim, Super Mario World y tantos otros. Se echaba en falta un plataformas que nos mostrara, sin género de dudas, qué sería de los plataformas hoy en día si hubieran continuado su evolución natural a nuestros días. Rayman Origins viene a ser la respuesta más aproximada que se pueda encontrar a esa pregunta.

Cuando se anunció como “juego por episodios”, Rayman Origins llamó la atención lo justo. Sí, gran estilo visual, pero la estructura por episodios no encaja de todo bien todavía en la cultura del videojuego para la gran mayoría de los géneros. Hay compañías que le sacan partido dentro de juegos cuya estructura se presta a ello, caso de Telltales y sus aventuras por “temporadas”. Pero un gran plataformas no es algo que se construya por episodios, necesita de una evolución a lo largo de la partida, aprendizaje, cambios de ritmo... necesita ser un juego completo para aspirar a lo más grande. Por suerte, Michel Ancel era plenamente consciente de eso y pudo convencer a sus jefes para que dejaran a él y a su poco ortodoxo pequeño grupo de Montpellier concebir a este título como algo completo, fundamental para llegar a las cotas de calidad a las que han llegado.

Origins en teoría tiene ese nombre porque su “argumento” va sobre los orígenes de Rayman, el célebre personaje aparecido en 1995 y protagonista de numerosos títulos, desde los primeros plataformas 2D hasta pasarse a los polígonos en sucesivas entregas. Pero el Origins parece apuntar a algo más profundo, una vuelta a las raíces de la saga y a un modo de trabajar distinto, más osado y menos encorsetado que el de muchos de los desarrollos modernos, sin por ello renunciar a la calidad ni a los valores de producción de un juego comercial compartiendo estantería con los multimillonarios lanzamientos de estos meses. Repasando la trayectoria de la serie, se podía apreciar que a cada nueva entrega se perdía algo de vitalidad por el camino y también parte de la belleza del juego original, una maravilla multicolor con bellos fondos sobrecargados de detalles, capaz de enamorar al instante a cualquier amante de los sprites tradicionales-.

Siguiendo con el significado “oculto” de Origins, lo primero que se aprecia es que la primera vuelta a esos orígenes viene con el regreso a la perspectiva bidimensional del título original. La decisión no es caprichosa ni se limita a ofrecerla buscando invocar la nostalgia. Es 2D porque Rayman simplemente funciona mejor en esa perspectiva, habilidades como planear o lanzar sus puños sin extremidades para acabar con los enemigos se encuentran cómodas con la limitación de profundidad, e incluso el mismo personaje y su singular diseño parecen ganar carisma y encanto plasmado de esta forma. Pero lo que verdaderamente da sentido al acierto de elegir esta perspectiva no viene por la perspectiva en sí, sino por el excelente diseño del juego alrededor de ella.



  Librados de la carga, tamaño y esfuerzo de realizar un juego 3D hoy en día, el equipo liderado por Ancel ha podido disfrutar del privilegio de poder concentrar sus esfuerzos en aspectos muy concretos de la progresión y desarrollo del plataformas, una oportunidad que han aprovechado a las mil maravillas para crear un título disfrutable desde el primer minuto y orientado a toda clase de público, con un impecable ejercicio de equilibrio de dificultad que invita a cualquiera a jugar, pero que también es capaz de ofrecer un reto para aquellos que quieran aceptarlo, sin perjuicio de los usuarios menos experimentados o los que simplemente prefieren un recorrido sin retos demasiado elevados. Por un lado, su curva de aprendizaje está trazada de manera experta, dejando los primeros mundos centrados en ir acumulando mecánicas en forma de nuevos poderes que Rayman va ganando de manos de las voluptuosas hadas rescatadas, permitiendo al jugador familiarizarse con ellos de forma gradual hasta que llega el momento de usarlos todos en conjunto. Por otro lado, el título está concebido para recorrerse con relativa facilidad, pero ocultando gran cantidad de secretos que no sólo están ahí para alargar la vida del juego, sino que ofrecen retos a una gran altura para cualquier amante de los plataformas.


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